lunes, 29 de octubre de 2012

Mimar al cliente


Colas ante una oficina del paro en Madrid
Pese a que la Ministra de Trabajo del Gobierno de España, Fátima Báñez, asegure que ya ve indicios de recuperación económica, la encuesta de Población Activa de la semana pasada arrojó un dato demoledor: 25% de la fuerza laboral española estáen paro. Sin duda, las muchas medidas aplicadas por el Gobierno de Rajoy no han surtido el efecto deseado, al menos en lo que refiere a las Pymes. Cierto es que, atraídas probablemente por la menor protección del trabajador, algunas multinacionales han decidido establecerse en España o alargar su presencia aquí. 
Este es el caso de Nissan o Ford, por citar un par de ellas.
Pero la economía española, al igual que la europea, poco depende de las multinacionales. Más del 90% del tejido económico español y europeo lo llevan a cabo pequeñas y medianas empresas, que son las que por distintos motivos más están sufriendo la crisis económica.

Día a día vemos y oímos muchos empresarios que se quejan de que no pueden resistir más esta situación y se ven obligados a cerrar el negocio. No dudo que muchos de ellos han hecho lo posible para mantener su trabajo pero que las circunstancias les han obligado a cerrarlo. Cabe en este triste momento hacer un análisis sobre los por qués de tan drástica decisión. Cabe ver y analizar detenidamente si se ha hecho todo lo posible, si se han invertido todas las horas necesarias. Imagino que muchos podrán decir que sí. Otros, sin embargo, dirán que sí pero dudo que así sea.

Lo vi el otro día cuando quise cortarme el pelo. Eran las 18:45 y la peluquería cerraba a las 19:00. Mi sorpresa fue al ver que el establecimiento ya tenía las luces apagadas y las peluqueras, bolsos y chaquetas en mano, se disponían a abandonar el local. 15 minutos en los que perdieron los 12 euros de un corte de pelo de caballero y a cualquier otro cliente que pudiera aparecer por ahí. Y perdieron, asimismo, a un futuro cliente –yo, en este caso.

Probablemente las dos peluqueras no eran las dueñas del local. Quizás tengan un sueldo fijo y no les afecte que haya o no un nuevo cliente. A la larga, sin embargo, sí les va a afectar porque a menos ingresos, menos personal será necesario. Con esta historia quiero constatar que pese a la dramática situación que vive España, aún hay pequeños negocios –desde peluquerías a bares pasando consultoras (lo he visto todo) – que no valoran ni miman lo suficiente su única fuente de ingresos: el cliente. 

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De reojo: Tremendamente sesgado el vídeo con el que la Generalitat pide a los ciudadanos que acudan a votar en las próximas catalanas del 25-O. Sin que sirva de precedente, doy la razón a la queja de PSC, C's y el PP. 

jueves, 4 de octubre de 2012

In memoriam

"Todo el mundo descubre, tarde o temprano, que la felicidad perfecta no es posible, pero pocos hay que se detengan en la consideración opuesta de que lo mismo ocurre con la infelicidad perfecta. Los momentos que se oponen a la realización de uno y otro estado límite son de la misma naturaleza: se derivan de nuestra condición humana, que es enemiga de cualquier infinitud. Se opone a ello nuestro eternamente insuficiente conocimiento del futuro; y ello se llama, en un caso, esperanza y en el otro, incertidumbre del mañana. Se opone a ello la seguridad de la muerte, que pone límite a cualquier gozo, pero también a cualquier dolor. Se oponen a ello las inevitables preocupaciones materiales que, así como emponzoñan cualquier felicidad duradera, de la misma manera apartan nuestra atención continuamente de la desgracia que nos oprime y convierten en fragmentaria, y por lo mismo en soportable, su conciencia."

Si esto es un hombre, Primo Levi. Turín, 1956.