viernes, 26 de septiembre de 2008

Levitas y tirabuzones en Mea Sharim

De las miles de personas que transitan por Jerusalén, quizás los que más curiosidad despiertan a ojos de un Caminante europeo son los judíos ultraortodoxos, cuyas levitas negras, camisas abotonadas hasta el cuello, y largos tirabuzones los hacen bien visibles. Quise verlos de bien cerca y por eso pedí a mi colega Juan Miguel Muñoz, corresponsal en Jerusalén de El País, que me acompañara a visitar el barrio de Mea Sharim. Esta zona de la capital israelí, fuera murallas y rozando con Jerusalén Este, es el lugar donde se han asentado los Haredim (ultraortodoxos). Caminamos por allí cuando el Shabbat, día festivo para los judíos, ya languidecía. Lo primero que llama la atención de Mea Sharim son los carteles que hay en sus accesos: prohibido vestir de forma poco recatada, obligación ésta que se aplica de forma vehemente a las mujeres, hasta el punto que algunos Haredim escupen al suelo como forma de protesta al ver un mujer indecentemente vestida. Este grupo siguen una serie de obligaciones que, a mis ojos, serían más propias de un blog de humor que de este. Muñoz lo explicó mejor en un interesante reportaje.

Este correponsal me contó mil y una anécdotas de este grupo cuya demografía explosiva –las parejas ultraortodoxas tienen descendencia de hasta dos dígitos- los están convirtiendo en un grupo muy a tener en cuenta en la vida política israelí. Actualmente, ocupan poco más de veinte asientos en el parlamento hebreo (Knesset, 120 escaños) y su incremento en la tasa de población va en aumento. Este grupo, además, está exento de cumplir el servicio militar obligatorio de tres años y pagan menos impuestos. Algunos israelíes seculares los consideran parásitos. Yo no diría tanto, pero sí tuve la impresión de que mientras unos deben estar 'puteados' tres años para defender su porción de territorio, otros se pasan sus días entre estudio y rezos, pero sin mover un dedo por su país. Si una nación extranjera invadiera Israel en Shabbat, los Haredim se lo mirarían sin mover un solo dedo.

Fenómenos emergentes como este grupo son los que, según algunos, pueden poner a muy largo plazo en peligro el propio estado de Israel. Y es que la presión social que los Haredim imponen es para muchos inaguantable, hecho que provoca que algunos hayan hecho las maletas con destino a Tel Aviv, ciudad mucho más occidental y tolerante. Otros, en cambio, van más allá y, poco a poco, se han hecho expedir el pasaporte de su país de origen por si la situación bélica vuelve a ponerse fea. No hay una corriente opuesta a la Aliyah, pero sí un lento y progresivo abandonamiento del proyecto de país.

1) Un judío ultraortodoxo se lava las manos antes de dirigirse a rezar al muro de las Lamentaciones.
2) Un pequeño Haredim observa lo que él nunca será, un soldado.
Fotos: E.T.

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De reojo:Próxima crónica: De cómo en menos de 10 metros convive el lugar santo de los judíos y el tercero de los musulmanes y cómo un simpático guía me comentó que su intención es ampliar la zona de plegarias de los judíos….pese a que dicha ampliación choca con los barrios musulmanes de la capital.

6 comentarios:

C.F.R dijo...

Interesantísimo destino, e imagino que complicado. Muy buenas las crónicas. Seguiré con mucha atención las andanzas de El Caminante.

¡Mucha suerte!

miquelet dijo...

¿Qué posición adopta esta comunidad en el conflicto palestino? ¿Son más expansionistas que la mayoría de israelíes?

Enric Tomàs dijo...

@CFR: Muchas gracias por tus palabras.
@Miquelet: estos en particular no lo sé del cierto, puesto que algunos no saben ni encenderse un pitillo. De hecho hay una especie de ONG que ayuda a los que salen de estos grupos a reintegrarse en la vida moderna. Lo que sí sé es que otros religiosos digámosle de línea dura tiene en mente la idea del Eretz Israel, el gran Israel, que incluye las bíblicas regiones de Judea y Sameria, lo que hoy en día es Cisjordania. Para estos grupos Dios le dio este territorio y para ellos debe ser. De ahi que muchos no duden en colonizar y construir asentamientos en Palestina. Así, la expansión no es sólo por efectos prácticos sino que es por mandato divino.

Xoán Salgado dijo...

Que los ultraortodoxos tengan más hijos no quiere decir en absoluto que estos (sus hijos) sean tambien ultraortodoxos. Yo mismo conocí en el verano pasado a una "hija de ultraortodoxos" y que en absoluto compartia su cerrada visión. Pero me parece que en ocasiones se caricaturiza al judaismo tomando las figuras quijotescas de Mea Sharim como si fueran la mayoría de los israelís. Como si todos los españoiles fueran toreros y cantaoras

Enric Tomàs dijo...

@Xoan: Tienes razón, hay hijos de ultarortodoxos que no llevan la cuestión religiosa como sus padres. Hay la ONG esa que comentaba en mi comentario de más arriba que ayuda a estas personas a reintegrarse en la sociedad moderna. Evidentemente no pienso que todos los israelíes son los de Mea Sharim, prueba de ello están las crónicas de los soldados y los kibbutzim. Y después está la gente de la calle, que es tan normal como en cualquier lugar de España. Sí creo que es cierto que su explosividad demográfica es superior a la una pareja no haredim.

Colectivo GZ-Israel dijo...

Bos días Enric, bienvenidas sean estas crónicas de tu viaje. Me alegro de que fueran unos días por lo que veo aprovechados al máximo. Y gracias por compartirlo con tus lectores. La verdad es que es un País muy complejo que con demasiada frecuencia se simplifica de manera maniqea en blanco y negro. Y es una realidad no ya con una infinidad de grises, es una realidad multicolor!!
Un saúdo desde Galiza