Los endorsements no son sólo a título personal. Decíamos al principio que los periódicos también los hacen. Y siempre en estas fechas, pocos días antes de las elecciones. Hoy ha sido el turno del The New York Times. La semana pasada, del The Washington Post. Otros diarios de tendencia más izquierdosa (o mejor dicho, menos republicana) han hecho lo propio.
Esto ya pasó hace cuatro años, cuando estos mismos rotativos apoyaron a John Kerry frente a George W. Bush.
Cabe saber, no obstante, que la influencia de estos periódicos es limitada en lo que al gran público se refiere. Si bien ambos diarios están en las embajadas de medio mundo, no llegan ni por asomo a los ranchos de Texas o a los grouceries de Wichita, Kansas. Allí se estila otro tipo de prensa, más popular, más local, que queda y quiere quedar lejos de lo que ellos llaman la élite de la costa Este. Es por esto que el gesto del Times, simbólico como pocos, no tendrá una influencia muy importante en el tramo final de la campaña, máxime cuando entiendo que sus lectores ya hacía tiempo que habían firmado su endorsement a Obama.
No obstante, sí es importante este gesto desde el punto de vista de la transparencia. En España, por ejemplo, no se apoya tan explícitamente a un candidato, pese a a que esta moda se aplicó en algunos grandes medios antes de las últimas elecciones. El Mundo apoyó a Rajoy y a Rosa Diez, y si no recuerdo mal, El Pais hizo lo propio con Zapatero. Todos, eso sí, piden una afluencia masiva a las urnas.
Con todo, un endorsement de un periódico debe ser un artículo con un día de duración. Al día siguiente, y los cientos de días que vienen después de los comicios, el diario en cuestión debe ser crítico y exigente con el candidato que apoyó, haya o no ganado las elecciones.
De reojo: Xavier Bosch, fins fa uns dies director de l'Avui, ha presentat la seva dimissió al·legant difèrencies amb la direcció. No sé que ha passat, però no és gens bona notícia.
4 comentarios:
Muy bien descrito y analizado el tema. Se ve que conoces el oficio y las bambalinas del cuarto poder. Pero, ay, no sé si a la hora de verdad tanto apoyo mediático o el realizado por personas de brillo puede ser determinante en un país, del que nunca es posible sorprenderse por completo. Mil y una sensaciones motivan el voto en una sociedad temerosa como la americana. Sentimientos ocultos afloran a pie de urna para sacar en la intimidad lo que en público se evita. Todo parece indicar que los vientos soplan a favor del nacido en Hawai, pero hasta que no llegue el martes dichoso todas las almas obamistas permanecerán en vilo, inquietas ante la eventualidad de que de la América profunda, de esa que nada dice en público pero que teme mucho, emane una actitud racista o el rechazo a un personaje al que se asociado a las fuerzas del mal, y que subliminalmente permanece sumergido en las profundidades de la paranoia americana.
@ Fernando: Estoy de acuerdo contigo. Hasta que el día 5 no haya el recuento definitivo no se podrá saber quién ha ganado (eso si no hay pucherazo com en 2000). Parece que Obama va por delante, pero también parece que hay mucha gente que dice que lo de la raza no le importa... hasta que está solo delante de la urna, momento en que cambia de opinión. Veremos que pasa. Sobre la influencia de gestos como el del Times... yo creo que es casi nula, sobre todo porque lno todos los votantes de América son 'cools' del Soho neoyorquino.
Sobre el tema de Xavier Bosch, no fa gaire dies ell mateix desmentia la notícia (que havia publicat e-notícies) al "Via lliure" de RAC 1... de forma bastant tèbia, cal dir-ho.
Desde el día después de las elecciones hasta los comicios siguientes, periódicos como "El País" o "El Mundo" ya se declinan partidariamente por sus candidatos. Eso de la actitud crítica con todos parece que no se lleva mucho por aquí.
Salud.
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