Mi primer acto en Madrid de realpolitik me ha llevado a un bonito hotel en plena Castellana con algunos miembros de la dirección del PP, con Mariano Rajoy a la cabeza, presentes en el acto.
Este tipo de eventos, donde se mezclan a partes iguales políticos, periodistas, acólitos, guardaespaldas, camareros, palmeros, cotillas y Caminantes sirven para ver las entretelas de la política, aquella que no se ve. Sirven para ver la glosa desmedida al líder –“Mi presidente”– por parte de un diputado popular, que, sin rubor, ha dicho que si pusiera las características del presidente ideal en un programa informático el resultado saliente sería la efigie de Rajoy. Una frase a todas luces rimbombante, que ha venido precedida con el recuerdo del “yo ya di mi apoyo a Rajoy en junio”, mes en que las espadas del PP estaban en todo lo alto. Minutos después, finalizado el acto, otro popular de mi tierra apartaba casi a manotazos a cuantos se ponían por delante de Rajoy, cual ‘segurata’ de discoteca.
Sin duda, la carrera política se logra a menudo con más armas que los propios méritos. A menudo se requiere displicencia, adulación y, más coloquialmente, hacer la pelota. Siempre que veo este tipo de actitudes me pregunto cómo mirarán estos tipos a sus hijos, cómo les explicarán que papá llegó donde está porque tuvo de esconder un poco o mucho su dignidad. Mi padre siempre contaba la historia de una reunión en su empresa que acabó con una bofetada del presidente/dueño a uno de sus colaboradores más cercanos y, casualmente, mejor pagados. En casos así, preferiría ser pobre, pero el pobre que como canta Sabina, “sólo tenía dinero”.
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De reojo: Viva el progreso sin dogmas locos que lo paren. Hoy en el Gregorio Marañón de Madrid han utilizado células madre extraídas de grasa abdominal para la reconstrucción de la mama de pacientes a quienes se había extirpado previamente un cáncer. Qué nadie lo detenga. Todos mejoraremos.
7 comentarios:
Enric,
Me imagino que, aunque no lo digas, una situación más a menos calcada podría darse en un acto del PSOE, con los mismos protagonistas y similares actitudes aduladoras.
Tenemos la pobre clase política que tenemos y una encorsetada normativa electoral que prima lamentables actitudes como las descritas.
Per desgracia aquesta es la verdadera cara de la política, sortir a la foto sence cap convicció. Altruisme? Qué es això?
Segueix informant i denunciant
Així és Miquel. Quan ho escribia ho vaig pensar tal qual, però després se'm va passar. El post no és una crítica a un partit sinó a una manera de fer molt comuna a la política. Gràcies per la visita.
Con tu conocimiento de la realidad política no debieras sorprendente. Hace tiempo que la política dejó de ser el gobierno de la "polis" (en el sentido de lo público) para convertirse en el ejercicio de mantener, "pro domo sua", los privilegios que situan a quienes la ejercen "au dessus de la mêlée". No hay control alguno de calidad, ni evaluaciones de resultados, ni acreditación de méritos objetivos. A los políticos se les valora endogámicamente como parte de un engranaje de sumisión, docilidad y espíritu acrítico en el que basan su supervivencia. Tampoco se paran a pensar cómo acreditar ante sus hijos esta práctica del servicio a l propio medro personal. Les inculcan los valores en los que se apoya la defensa de su causa, y una de dos: o el hijo les sale respondón y acaba renegando del padre, o se suma a sus procedimientos para que en las juventudes de los partidos les hagan un hueco de cara a las próximas municipales. No hay término medio, te lo aseguro.
Llega al poder aquel que nada más rápido a favor de la corriente.
Salud.
Y ojo que alguien contradiga lo que el adulador diga. El buen adulador debe ser también adulado. Esto, de hecho, lo decía Michels en 1914, un buen clásico del estudio de Partidos políticos..."Cambio el maestro de cámara... ma la musica è sempre quella".
@Fernando, Miquelet, Andreu:
Muchas gracias por vuestros comentarios, que hacen a este blog mucho mejor.
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