Barack Obama parece haber recuperado un poco de su brillo perdido. Su elección en noviembre de 2008 y su posterior toma de posesión en enero de 2009 fueron vistas por todo el mundo como un punto de inflexión hacia un mundo mejor. Demasiada responsabilidad para un solo individuo, aunque fuera visto como el Mesías. Tampoco Obama ayudó a rebajar las expectativas al presentar una agenda de máximos que, de cumplirse, lo convertiría en algo más que un mito sin necesidad de una muerte violenta.
Poco a poco, sus planes iniciales quedaban en nada y parecía que Obama no sería capaz de cumplir con ningún punto de su programa. Algunos ya preveían que sería como Jimmy Carter, quien ocupó
El éxito en la reforma de la ley sanitaria conseguida ayer por Obama puede suponer el punto de inflexión de su presidencia. Consiga o no más proezas (la ampliación sanitaria en EEUU había sido misión imposible para todos sus predecesores) Obama coge oxígeno para lo que queda de legislatura, incluida las próximas elecciones de noviembre, en las que de quedar en minoría en el Senado cualquier iniciativa legislativa sería prácticamente imposible de acometer.
Este éxito con la reforma sanitaria permitirá a Obama afrontar retos aún más mayúsculos como el proceso de paz en Oriente Medio. Su tibio tirón de orejas a Netanyahu indica que el rol de EEUU puede ser más activo que el de mera comparsa de Israel.
Foto: Official White House Photo by Pete Souza---------------------------------------
1 comentario:
Interesante! Saludos
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