lunes, 24 de noviembre de 2008

Política de adulación

Mi primer acto en Madrid de realpolitik me ha llevado a un bonito hotel en plena Castellana con algunos miembros de la dirección del PP, con Mariano Rajoy a la cabeza, presentes en el acto. 
Este tipo de eventos, donde se mezclan a partes iguales políticos, periodistas, acólitos, guardaespaldas, camareros, palmeros, cotillas y Caminantes sirven para ver las entretelas de la política, aquella que no se ve. Sirven para ver la glosa desmedida al líder –“Mi presidente”– por parte de un diputado popular, que, sin rubor, ha dicho que si pusiera las características del presidente ideal en un programa informático el resultado saliente sería la efigie de Rajoy. Una frase a todas luces rimbombante, que ha venido precedida con el recuerdo del “yo ya di mi apoyo a Rajoy en junio”, mes en que las espadas del PP estaban en todo lo alto. Minutos después, finalizado el acto, otro popular de mi tierra apartaba casi a manotazos a cuantos se ponían por delante de Rajoy, cual ‘segurata’ de discoteca.
Sin duda, la carrera política se logra a menudo con más armas que los propios méritos. A menudo se requiere displicencia, adulación y, más coloquialmente, hacer la pelota. Siempre que veo este tipo de actitudes me pregunto cómo mirarán estos tipos a sus hijos, cómo les explicarán que papá llegó donde está porque tuvo de esconder un poco o mucho su dignidad. Mi padre siempre contaba la historia de una reunión en su empresa que acabó con una bofetada del presidente/dueño a uno de sus colaboradores más cercanos y, casualmente, mejor pagados. En casos así, preferiría ser pobre, pero el pobre que como canta Sabina, “sólo tenía dinero”

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De reojo: Viva el progreso sin dogmas locos que lo paren. Hoy en el Gregorio Marañón de Madrid han utilizado células madre extraídas de grasa abdominal para la reconstrucción de la mama de pacientes a quienes se había extirpado previamente un cáncer. Qué nadie lo detenga. Todos mejoraremos. 

miércoles, 12 de noviembre de 2008

"Escribir es resistencia"

Terrible el dato presentado hoy por la asociación de empresas italianas Confesercenti. Según un informe hecho público hoy, la Mafia del sur de Italia factura al año unos 130.000 millones de euros. Un modelo exitoso, que hasta en Harvard se ha estudiado como modelo de gestión.
La fascinación que la Camorra napolitana, la Cosa Nostra siciliana, la Ndrangheta calabresa y la Sacra Corona Unita de Apulia ejerce en mucha gente tiene más de cinematográfico que de real. Las recreaciones de padrinos y hermanos made in Hollywood hacen ver estas asociaciones criminales como algo incluso romántico.
Bien lejos de la realidad, la Mafia lleva siglos sangrando el sur de Italia (de Roma hacia el sur, Sicilia incluida). Caminando por Sicilia se ven edificios a medio construir (donde se desvían los pingües beneficios de sus actividades ilícitas) o miles de pequeños comercios obligados a pagar el pizzo, un impuesto digámosle revolucionario. 
Las actividades mafiosas han aprovechado y ensanchado la profunda brecha existente entre el norte y el sur de Italia, hecho que poco a poco va provocando que el país transalpino vaya quedando rezagado, situándose recientemente por detrás de España en lo que a PIB se refiere.
Este drama que vive Italia fue denunciado de forma, a mi parecer, brillante por Roberto Saviano con su libro Gomorra. Este periodista italiano de mirada triste visitó España recientemente acompañado de cuatro guardaespaldas. Otros cuatro lo esperan en Italia. Sobre él pesa la espada de Damócles de la Camorra, que no se anda con chiquitas. Su libro-denuncia puso de manifiesto toda la putrefacción y los aires de grandeza que envuelven a esta organización. Lo hizo con infinidad de detalles, demostrando cómo fue uno más en algunos momentos o cómo llegaba con su Vespa a ver los baños de sangre cometidos por la Camorra. Hoy Saviano paga su valentía con una existencia que no deseo a nadie. Qué nunca pase, pero temo que su vida no irá mucho más lejos del final de este post. 

Título y Foto: ABC | SEVILLA Sábado, 08-11-08
 
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De reojo: Vivir en Madrid, divertido. Master in Internationals Relations en Madrid, muy interesante. Ambiente en Madrid, ya frío. Qué el Madrid quede eliminado de la Copa del Rey ante un Segunda B estando en Madrid... no tiene precio!

domingo, 2 de noviembre de 2008

En volandas con Amélie

A menudo aparecen películas que se vinculan a una ciudad y la muestran como es, o como no es. Casos recientes los hay a montones, como la última de Woody Allen con mi ciudad como telón de fondo. No he ido verla ni creo que lo haré, al menos si se requiere un pago para ello. Pero como Umbral no vino a hablar de su libro, yo tampoco vengo a hacerlo de Allen. Navegando por la red he encontrado un video que muestra la que, a mi juicio, es la mejor secuencia de Amélie. Y de fondo, La Noyée, canción ad hoc de Yann Tiersen, autor francés que firma toda la banda sonora de la película.

Son apenas minuto y medio de gran intensidad. Amélie, determinada a hacer el bien a cuantos la rodean, agarra del brazo a un hombre ciego que espera para cruzar la vía y lo lleva en volandas a través de una calle comercial parisina. En su trayecto, le narra todo que le está pasando, precios incluidos. Los ojos inservibles del anciano pasan del estupor a la alegría. Su bastón deja de estar en alto, como en señal de defensa. La cámara muestra el paisaje parisino y los ojos del homre. De fondo, la música acelera a la par que las palabras de Amélie, que se despide sin pedir nada a cambio. ¿Se puede decir más en tan poco tiempo? 

Aquí tenéis La Noyée, de Yann Tiersen, sin las palabras de Amélie.

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De reojo: La Reina sigue dando que hablar. Ahora dice que el diseño de la postal de Navidad de hace dos años fue obra suya. ¿No lo podía haber montado un experto y evitar así el ridículo que se hizo?