martes, 4 de octubre de 2011

In memoriam

"Todo el mundo descubre, tarde o temprano, que la felicidad perfecta no es posible, pero pocos hay que se detengan en la consideración opuesta de que lo mismo ocurre con la infelicidad perfecta. Los momentos que se oponen a la realización de uno y otro estado límite son de la misma naturaleza: se derivan de nuestra condición humana, que es enemiga de cualquier infinitud. Se opone a ello nuestro eternamente insuficiente conocimiento del futuro; y ello se llama, en un caso, esperanza y en el otro, incertidumbre del mañana. Se opone a ello la seguridad de la muerte, que pone límite a cualquier gozo, pero también a cualquier dolor. Se oponen a ello las inevitables preocupaciones materiales que, así como emponzoñan cualquier felicidad duradera, de la misma manera apartan nuestra atención continuamente de la desgracia que nos oprime y convierten en fragmentaria, y por lo mismo en soportable, su conciencia."

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Si esto es un hombre, Primo Levi. Turín, 1956

sábado, 30 de julio de 2011

Mucho más que un loco

Una semana ha pasado desde la matanza en Oslo y la isla de Utoya perpetrada por un loco llamado Anders Behring Breivik. Varios testimonios de supervivientes han explicado hasta qué punto llegó su irracionalidad ya que no sólo disparó a bocajarro a decenas de jóvenes, sino al parecer también sus cadáveres y les disparó cuando intentaban huir a nado. Todo ello sin obviar su maquiavélico atuendo de policía que le sirvió para ganarse la confianza de las víctimas.

Estamos pues ante un loco, un hombre fuera de sus cabales que ha llevado sus perturbadas ideas a la práctica. Sin embargo, el hecho de estar ante un sujeto de estas características no debe impedir hacer un análisis más profundo y ver qué hay tras las acciones de Breivik.
Las ideas que Breivik llevó a la práctica de forma tan violenta no son exclusivamente suyas. Existe en Europa un corriente de pensamiento que opina que el modelo multicultural impuesto en muchas sociedades europeas no funciona y es un riesgo a la convivencia. La prueba más clara está en algunas elecciones llevadas a cabo en países como Austria, Finlandia, Francia u Holanda, donde partidos de extrema derecha han ganado peso en sus respectivos Parlamentos. Su fuerza está en el descontento de muchas personas con unos políticos que abrazan el modelo buenrollista de “todos somos amigos”, ya sea por no ser acusado de xenófobo o por pura inocencia (intuyo que ese el caso noruego/escandinavo como reflejaron las opiniones del Primer Ministro noruego que aseguró que Oslo respondería “con más democracia”).

Sin embargo, la sociedad europea piensa distinto. Cada vez menos gente está dispuesta a compartir su barrio con aquellos a los que considera diferentes y a los que, más que vecinos, percibe como meros invasores. Las ideas de estas personas –que son muchísimas– no se alejan de las del loco noruego, con la lógica diferencia que Breivik mató por ellas.

Es por esto que veo necesario una profunda reflexión sobre los motivos de tal matanza que vaya más allá del considerar a Breivik un simple y aislado psicópata y le vea como un iniciador de algo mucho peor.

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De reojo: El Tea Party está jugando un papel clave en toda la negociación alrededor de la ampliación del techo de deuda de Estados Unidos. Una prueba más del enorme peso que esta formación de extrema derecha está ganando en la política americana. ¿Puede ser este un buen momento para romper el bipartidismo endémico en Washington?

sábado, 9 de julio de 2011

El globo Cesc

El debate del verano futbolístico está siendo el fichaje de Cesc Fàbregas por el FC Barcelona. Detecto un barcelonismo dividido en lo referente a la contratación del de Arenys. Por un lado, la prensa barcelonista ha iniciado una campaña mediática que intenta vender las virtudes y los innumerables méritos de un jugador que renovó hace sólo 2 años por el club inglés (lo que va a encarecer el fichaje exponencialmente). La prensa también recuerda que el fichaje de Cesc es expreso deseo de Guardiola, obviando que Pep es un técnico tan genial como desastroso en materia de fichajes. Por el otro está la culerada, a la que veo muy reacia a fichar a Cesc. Motivos esgrimidos son muchos: es caro, se lesiona con facilidad, renovó hace poco para fastidiar al Barça, cercenará la progresión de Thiago, etc. Esta corriente de opinión está siendo muy minimizada por la prensa barcelonista.

Yo me encuentro cerca del segundo grupo. No me opongo al fichaje de Cesc, pero sí con un límite: no pagaría más de, pongamos, 15 millones euros (lejos de los 35+ ofrecidos). Si Cesc quiere venir, que ponga de su bolsillo el resto.

Es un misterio las razones por las que se genera tanto ruido alrededor de un jugador cuyo mayor mérito es haber formado parte de un equipo sensacional que ganó un Mundial y una Eurocopa (donde él nunca estuvo en el 11 titular). Mi teoría al respecto tiene su origen en el campo mediático. En cierto momento, mucho antes de que el Barça dijera que quería a Cesc, el Madrid se fijo en él y le presentaron una suculenta oferta. En paralelo, la prensa del Madrid ensalzó al jugador, al que se atribuía un mérito: haber abandonado al Barcelona siendo todavía un adolescente. En el imaginario blanco, ese era un acto de valentía y sensatez digno de todos los elogios. La prensa barcelonista, seguidista como es, se creyó el bulo e infló el globo Cesc hasta convertirlo en lo que es ahora: el culebrón del verano.

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De reojo: Hoy el jovenzuelo Rubalcaba arranca su campaña electoral. Estoy muy intrigado por saber cómo arregla sus declaraciones del otro día, cuando dijo tener la receta para solucionar el paro en España. Como escribió alguien en un foro, con las cosas del comer no se deberían hacer bromas.

viernes, 8 de julio de 2011

Back on track

Mis queridos lectores: después de un periodo de asueto más largo de lo deseado, reabro este vuestro blog. Ruego disculpen el apagón y acepten de nuevo esta humilde bitácora.


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De reojo:
Llevaba unos días queriendo escribir sobre el caso Abidal. El jugador francés protagonizó una recuperación espectacular tras ser operado de un tumor en el hígado y logró, con mucho esfuerzo, volver al 1er equipo del Barcelona y hasta levanar la Copa de Europa lograda en Wembley. Toda una hazaña para alguien que ha sufrido un cáncer. Sin embargo, creo necesario matizar la historia de Abidal: si el francés hubiera tenido un cáncer un poco más agresivo, no hubiese podido volver a los terrenos de juego con tal celeridad. Creo que no es bueno mandar falsas esperanzas a los enfermos de cáncer ni tratar a Abidal como un héroe. Su enfermedad -afortunado él- no estaba en un punto crítico, de ahí su rápida recuperación.