La última patochada de Jimmy Jump ha sido aparecer en Eurovisión haciendo el bobo. Sin duda una intervención lamentable, como todas las de este sujeto que vindica su catalanidad en sus acciones. Individuos así deberían estar cerrados y la sociedad no debería reírles las gracias. Puede o no gustarte Eurovision, la Fórmula 1, el fútbol o el tennis. Esa es la libertad que tenemos los seres humanos, la libertada de escoger qué queremos hacer y qué no. Lo que no es tolerable es que tu egoísmo perjudique a los demás, que tu libertad invada y afecte a la de los otros. Jump boicoteó e interrumpió espectáculos que otras personas estaban viendo, causándoles perjuicio y molestia.
El egoísmo de las personas es algo que está a la orden del día. No puedo ni quiero decir que la sociedad se está volviendo egoísta y que vamos a peor. No lo voy a hacer porque no conocí la sociedad anterior a mi nacimiento y porque no me gustan los mensajes enlatados de falsos progres. Lo que sí sé es que mucha gente antepone simplemente sus intereses a los del conjunto. Esto es legítimo siempre y cuando no se viole el espacio, la dignidad y la libertad del otro. Eso es lo que hace Jump. Una actitud miserable que se suma al hecho que lo haga desde un prisma catalán, cosa que me molesta aún más.
Y es que ya han salido los que aplauden la intervención de Jump como un ataque catalán a España del mismo modo que algunos fachas le critican por ser catalán y por ende insultan a todos los catalanes. Ya saben los lectores de este blog que yo soy catalán y muy orgulloso de ello. Por eso creo que arrancar un debate Catalunya-España por este personaje mediocre es ponerse a su nivel. Un nivel lamentable.
De reojo: Falta ver como irá el fichaje de Mourinho. Lo único que pido a la muy influenciable prensa deportiva barcelonista es no llenar portadas diarias con las continuas provocaciones del portugués. Ese sería su triunfo.