sábado, 11 de diciembre de 2010

Wikileaks en su justa medida

Las scoops (exclusivas periodísticas) son difíciles de conseguir. Precisan hallar una fuente dispuesta a hablar. Es por ello que en los últimos años hemos visto pocas exclusivas en los medios de comunicación y hemos leído noticias de poca monta encumbradas a la categoría de bomba informativa. La scoop por excelencia es el caso Watergate, que se llevo por delante al Presidente Nixon. En España, la reunión de Carod Rovira con la cúpula de ETA en Perpiñá (aunque el ex líder de ERC dice que no fue allí) fue otro bombazo que copó páginas y minutos de todos los medios de comunicación. La ausencia de scoops se debe también al filtro que los propios medios de comunicación ponen a las noticias más controvertidas, no vaya a ser que se moleste a quien no toca. Pienso en el Caso Millet o el 3%.

Es en este contexto cuando ha aparecido Julian Assange y Wikileaks. No todo el material filtrado por Assange merece la cobertura mediática que se le está dando, aunque en este caso prima mucho más el continente que el contenido. Todos los seres humanos tenemos nuestra opinión sobre una tercera persona. Por ejemplo, podemos explicarles a nuestros amigos qué pensamos de nuestros compañeros de trabajo. Eso es normal. No es alarmante ni digno de scoop que los embajadores de EEUU consideren a Zapatero una izquierdista trasnochado pero sagaz, que describan Cataluña como centro de operaciones del yihaidismo o que consideren a Medvedev como el Robin del Batman Putin. En todo caso, deberán disculparse cuando la situación lo permita.

No obstante, si existen algunos documentos de Wikileaks que pueden ser considerados como de alta calidad periodística. Pienso en los archivos de guerra sobre Irak o Afganistán (donde las fechorías de EEUU quedan al descubierto y ponen en entredicho la supuesta honradez de las operaciones militares de Washington). También son relevantes los cables que indican como los embajadores de EEUU intercedieron ante la fiscalía española para sobreseer la causa abierta por la muerte del cámara José Couso. Eso es realmente grave, dado que un país no debería interceder en el sistema judicial de un tercero.

Con todo, pese a la envergadura del material filtrado por Wikileaks, creo necesario que los medios de comunicación hagan balance de qué es y qué no es importante. Las ganas locas de presentar una exclusiva no deberían hacer caer en la exageración de la que estamos siendo testigos.

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De reojo: El Caminante vuelve a escena después de unos días fuera de su 'comfort zone'. Espero que le disculpéis por su injustificada ausencia.

2 comentarios:

Josep dijo...

Realment aquestes filtracions de "cables" no aportan res de nou, son meres xafarderies que tots els governs utilitzen. Crec que se li dona massa importància. Espero que com tot poc a poc es vagi diluïn i aqui no ha passat res. Una abraçada

hebert - paginas web dijo...

Wikileaks da noticias que dab la vuelta al mundo pero ultimamente han perdido mucha credibilidad...