sábado, 4 de octubre de 2008

In memoriam

"Todo el mundo descubre, tarde o temprano, que la felicidad perfecta no es posible, pero pocos hay que se detengan en la consideración opuesta de que lo mismo ocurre con la infelicidad perfecta. Los momentos que se oponen a la realización de uno y otro estado límite son de la misma naturaleza: se derivan de nuestra condición humana, que es enemiga de cualquier infinitud. Se opone a ello nuestro eternamente insuficiente conocimiento del futuro; y ello se llama, en un caso, esperanza y en el otro, incertidumbre del mañana. Se opone a ello la seguridad de la muerte, que pone límite a cualquier gozo, pero también a cualquier dolor. Se oponen a ello las inevitables preocupaciones materiales que, así como emponzoñan cualquier felicidad duradera, de la misma manera apartan nuestra atención continuamente de la desgracia que nos oprime y convierten en fragmentaria, y por lo mismo en soportable, su conciencia."

Si esto es un hombre, Primo Levi. Turín, 1956.

5 comentarios:

miquelet dijo...

Es verdad, y esos momentos evitan tanto nuestra excesiva euforia como nuestro total abatimiento.

Salud.

Josep dijo...

Fa quatre anys...

L’absent

Ara que ja són més els no records
que allò que havíem de compartir, repasso,
faceciós, el que no se de tu
per confegir un retrat que m’acompanyi.
Que estranys els mecanismes del desig,
les excuses dels anys i aquest misteri
que et fa present quan no et correspondria
per emplenar, potser, una altra absència.
Però la vida sempre té raó
i en aquest compte estricte a fons perdut
de tant en tant hi apareixes, com una
relíquia de mi que ningú més
que jo no pot acceptar ni comprendre.
Quan t’en vagis de nou no em sentiré
ni trist ni desolat, només, tal volta,
una mica ignorat i més sotmès
a una lleu i subtil malenconia.

Miquel Martí i Pol

Fernando Manero dijo...

He leido varias veces ese texto, y sigo sin entender lo de la perfección en la felicidad o infelicidad. Si Levi entiende que ambas nociones están relativizadas por las circunstancias de la vida, que matizan las situaciones extremas en uno u otro caso, convendría que aclarase la idea de perfección o no aplicada a nociones que pueden variar según las personas y las situaciones. No hay mal ni dicha que cien años dure, en efecto, porque el tiempo todo lo tamiza, incluso por encima de otras circunstancias. Mas... quienes han sufrido la destrucción de la guerra o, por el contrario, han logrado alcanzar sus objetivos, ¿qué grado de infelicidad o felicidad alcanzan?. Lo que está claro es que el tiempo lo suaviza todo... pero no sé si es por ahi por donde va la idea de perfección e imperfección, aunque creo que la utiliza como sinónimo de absoluto. En fin, un texto interesante que invita a la reflexión. Un cordial saludo

Enric Tomàs dijo...

Yo creo, Fernando, que vas bien encaminado en tu lectura sobre este texto de Levi, al menos así lo entiendo yo. Pienso que él se refiere -y por eso tanto me gustan estas líneas- que muy a menudo nos obcecamos con las cosas que van mal y nos sentimos mal y acaso tristes. Levi relativiza estos momentos y da unas pistas para valorar dicha infelicidad de tal manera. Nos enseña a tener en cuenta que no siempre uno está hundido en un barrizal, que siempre hay mil y un motivos por los que sonreir, en definitiva, que siempre hay algo con lo que ser feliz. Así lo entiendo yo. Lo veo como un canto al optimismo.

Anónimo dijo...

A pesar del tiempo, sigue doliendo...Lo que peor se lleva es pensar que jamas volveremos a verlos, solo cuando soñamos alcanzamos de nuevo esa gran sensacion que era tenerlos al lado.
Pasaran los años, pero nuestro amor por ellos, no pasara.
Un abrazo,
Cris