lunes, 23 de febrero de 2009

Sabra, Shatila, Srebrenica

Hollywood ha dado la sorpresa premiando con estruendo a Slumdog Millionaire. Con tal elección, la Academia ha dejado de lado Vals con Bashir, del director israelí Ari Folman, que con una mezcla de estilo documental y cine de animación explica los pormenores que desencadenaron la matanza en el campo de refugiados palestino de Sabra y Shatila, allá en 1982 en el marco de la guerra de Líbano.
La película explica la historia de un director de cine israelí en la cuarentena que hurga en su pasado de joven soldado para hallar cuál fue su papel en el funesto episodio que costó la vida de entre 400 y 3.500 personas. Los responsables de la matanza fueron falangistas cristianos que penetraron en Sabra y Shatila a la búsqueda de terroristas palestinos. Lo que encontraron fue gente inocente a la aniquilaron ante la pasividad y aquiescencia de Israel, que no hizo nada para frenar la sangría.
La pasividad del Tsahal, por entonces bajo órdenes del ministro de Defensa Ariel Sharon, fue similar a la de las tropas holandesas en Srebrenica. Allá en 1995, el ejército neerlandés, bajo mandato de Naciones Unidas y capitaneado por Thomas Karremans, dio su aquiescencia a la entrada de tropas serbiobosnias al enclave bosnio en Serbia. La pasividad holandesa dio pie al genocidio de más de 7.500 varones musulmanes.
Quizás algún día se ruede una película de Karremans. De momento debemos conformarnos con este Vals con Bashir, al que la Academia le ha negado el premio, que gustoso le da el Caminante.


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De reojo: Buen papel de la prensa de este país con la secuencia PP-Corrupción-Cacería-Bermejo. Soy consciente que le virulencia de El País contra el PP nunca podrá dirigirse también al PSOE, y que El Mundo no dará los mismos palos a Rajoy que a Zapatero. Pero, al menos, han cumplido su papel aunque sea más por venganzas personales que por voluntad de informar con neutralidad. Asumido que el periodismo nunca será objetivo, al menos que sea fiero y valiente con el rival ideológico. Mis felicitaciones a ambas publicaciones.

5 comentarios:

Josep dijo...

EE.UU es la casa mare d'Israel, com pot una mare trobar defectes al seu fill?

C.F.R dijo...

No sé si pasividad sería la palabra adecuada para aplicarla a la actuación de los cascos azules en Srebrenica. Sería demasiado simplista decir que no sabían a quien ayudaban, cuando separaban a mujeres y niños de los hombres y los metían –o veían como los metían en autobuses la armada serbia-, tampoco preguntaron, ni a dónde los llevaban o que harían con los hombres… Pasividad/complicidad, después de oír las declaraciones de Mladic de aquel 11 de julio de 1995: “Aquí estamos, en la Srebrenica serbia, justo antes de un día sagrado para la Gran Serbia. Otorgamos esta ciudad a la Nación Serbia” (http://www.youtube.com/watch?v=DzdtFBcn4-A), con tales palabras, los cascos azules se podrían haber planteado algunas cosas. No acuso, opino que ni la pasividad ni la falta de conocimiento eximen de responsabilidades.

¿Cómo lo ves Enric?
Un saludo;)

Fernando Manero dijo...

Me sumo plenamente a ese comentario y a esa opción de premio más que justificada. Pero pienso que nunca se reconocerá en Hollywood un documento cinematográfico que ponga en evidencia el historial de muerte y destrucción que jalona la historia del Estado de Israel. Pasarán los años, la crisis será atenuada, lo que hoy es novedad pasará a ser caduco... pero la tragedia palestina no habrá hecho si no agravarse. Los crímenes de los serbios (¿para cuándo la justicia contra los criminales croatas?) han sido sancionados y Mladic está en la cárcel. ¿Veremos algún dia la sentencia que condena a Sharon como criminal de guerra?. Jamás. Un cordial saludo

Xoán Salgado dijo...

Estoy de acuerdo contigo. Val con Bashir es una gran, gran película. Esteticamente es impactante y su guión es afilado como una navaja toledana. Magnífica y un fallo de la Academia al no darle el Oscar que se merecia. Por cierto, Vals con Bashier fué record de taquilla en Israel durante muchas semanas y está producida con la subvención del istituto estatal de cinematografía de Israel. Para que luego a algunos se le llene la boca criticando a el único estado democrático en miles de kilómetros a la redonda.

Enric Tomàs dijo...

@Todos: muchas gracias por los comentarios y por la información extra que habéis aportado.