
La otra noticia es la purga de Gallardón, al que se ha apartado por su manifiesta voluntad de ir a las listas del Congreso. La historia democrática española dice que ningún candidato ha llegado a la presidencia del Gobierno sin antes ocupar un escaño en la Cámara Baja. Desde el hemiciclo, el alcalde de Madrid podría haber manejado los hilos para situarse en la ‘pole’ del liderazgo del partido, tras el casi anunciado fracaso de Rajoy. En otro post ya hablé de ello.
Así pues, desde hoy tenemos dos efectos, que creo que no serán equivalentes en cuanto a los votos de más o de menos que generen: la marcha de Gallardón implica la pérdida del voto del centro, mientras que el advenimiento de Pizarro puede atraer los votos de aquellos que lo ven como el salvador ante una economía hecha trizas con la crisis de las ‘subprime’ a la vuelta de la esquina. Sin embrago, mi opinión es que el PP pierde más con la marcha de Gallardón que gana con la llegada de Pizarro.
Efe / Emilio Naranjo
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De reojo: A veinte días del Supermartes, las primaras de EE.UU. siguen sin eliminar candidatos. Las próximas citas antes del 5 de febrero deberían servir para ver si pinta negro o pinta labios.
1 comentario:
yo solo quiero decir... no entiendo porque tanto escándalo, a mi me parece mal que los políticos que ya tienen un puesto (sea alcaldía o presidenta de una comunidad o lo que sea) vayan en las listas para otro cargo. Reflexionemos, si alguien quiere cambiar de cargo, pues que a las próximas no se presente, y se presente por el bueno. El problema es que los políticos españoles lo quieren todo, y esa política es la que tenemos.
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